El divorcio es una de las situaciones a las que las parejas pueden enfrentarse debido a conflictos entre miembros. Ante esta situación, una de las dudas más frecuentes es acerca de la hipoteca. Lo mejor en estos casos es que medie un abogado matrimonialista, para que estudie el caso en profundidad, no obstante, podemos aventurar diferentes escenarios.
Cargas del matrimonio
Lo primero que debemos tener en cuenta es que existen ciertos gastos que se consideran cargas del matrimonio. Es decir, a pesar de que suceda una separación, divorcio o nulidad matrimonial estos gastos seguirán perteneciendo a los miembros de la pareja.
Algunos de los ejemplos más claros de este tipo de gastos son la pensión de compensación o de alimentos para los hijos.
La hipoteca, ¿es una carga del matrimonio?
Como hemos apuntado anteriormente, dependerá de cada caso concreto la consideración de la hipoteca como carga matrimonial. Ciertamente, lo más cercano a la práctica que podemos exponer son las diferentes resoluciones de los juzgados.
En el primer caso, se considera la hipoteca como un gasto de la vida común familiar. De esta manera, se establecería una cantidad mensual a desembolsar por cada parte en concepto del pago de la misma.
La segunda consideración daría lugar a que solo quien siguiera viviendo en la casa familiar debería hacer frente al gasto. Aunque esto en ningún caso eximiría de un ajuste de cuentas posterior entre los cónyuges para compensar a la parte que hubiera pagado más.
Por último, el tercer enfoque se centra en que ambos deberían hacer frente a este gasto. No obstante, la cuantía a pagar estaría impuesta en base a los ingresos y posibilidades económicas de cada uno.
De esta manera, lo mejor ante un divorcio es ponerse en manos de expertos. Solo así se podrá tener una certeza clara acerca de qué pasará con las cuotas hipotecarias.
Añadir un comentario